Lesión de Tendón de Aquiles

El Tendón de Aquiles lo forman los dos músculos gastrocnemio (llamado popularmente gemelos) y el soleo. En ocasiones, cuando está presente, también el plantar delgado. Este grupo muscular, se une y terminan formando un tendón único, al que llamamos Aquiles. Dicho tendón se inserta en el talón del pié, específicamente en el hueso calcáneo.

Este tendón es el más fuerte y grueso del cuerpo humano, a pesar de ser este mismo el que con mayor frecuencia sufra rupturas.

¿Por qué ocurre esto?
Se debe a la vulnerabilidad que tiene este tendón, en una región que va desde 1 cm. a 5 cm. aproximadamente desde su inserción en el calcáneo. Dicha región es pobremente vascularizada, siendo sitio de patologías diversas.
Existen rupturas directas, por ejemplo ante heridas cortantes, siendo las menos frecuentes. Las más frecuente son las lesiones indirectas, donde el tendón es sometido a una tensión intensa y súbita. En general, para que exista una ruptura en dichas situaciones el tendón debe poseer una degeneración previa.
En su gran mayoría los más afectados son los hombres (relación hombre mujer 5 a 1), entre los 40 a 60 años aproximadamente, en deportistas ocasionales.

¿Qué síntomas se presentan al momento de la ruptura?
Dolor espontáneo, que aparece al momento del despegue del pie del piso. Los pacientes sienten un golpe desde atrás, que a veces lo suelen referir como el impacto de una piedra. Posterior a dicho evento, comienza el edema o hinchazón del tobillo y la dificultad para la deambulación.
Habitualmente el diagnóstico se realiza con una completa evaluación clínica del paciente. en casos suele ser necesaria la realización de estudios complementarios, aunque son los menos.
El tratamiento de la ruptura del Tendón de Aquiles podría dividirse en quirugico y no quirúrgico, por lo que sugerimos una consulta inmediata con un especialista para definir la conducta a seguir.